Un paisaje de champiñones
Se toma como referencia la imagen del champiñón para la formalización de las naves y su implantación en el paisaje, desde un radical respeto por el entorno natural en el que se sitúa la explotación. Una imagen icónica y representativa a la vez integradora. Las dos unidades de producción de champiñones se componen cada una de 3 unidades de cultivo rotatorias (U.C.) y de una unidad de almacenamiento (U.A.)y manipulación (limpieza y empaquetado) que dispone de cámara frigorífica. El crecimiento de estas estructuras dependerá del crecimiento de la explotación. Por ello se ha optado por un sistema flexible y modular.
Estrategias sostenibles
Materiales
Todos los materiales empleados conllevan el menor impacto ambiental posible, teniendo en cuenta tanto su producción como su transporte: estructura de madera, tapial y cañas para las bóvedas y muro de piedra en la cimentación.
Las naves como iconos de lo cultivado en su interior: los champiñones. La parte que toca el terreno se realizaría con cañas (1) y la bóveda con tierra o superadobe(2). La hermeticidad del conjunto dependerá de las condiciones técnicas específicas de la explotación.
Chimenea solar y efecto botijo
Para minimizar el gasto de refrigeración que una explotación de este tipo requiere se han recurrido a dos estrategias bioclimáticas básicas como son la generación de corrientes naturales de aire (forzadas por la apertura manual de los correspondientes huecos) y la refrigeración por evapotranspiración (efecto botijo al ser la superficie de arcilla transpirable).
Iniercia del terreno
Para aislar más eficazmente la cámara frigorífica, esta se sitúa enterrada, de tal forma que la masa térmica del terreno contribuye en su aislamiento.
Crecimiento sostenido - flexible y modular
Al diseñarse un sistema modular autónomo, que no depende de fuentes externas de energía para su funcionamiento, no condicionamos su crecimiento potencial. La explotación podrá crecer naturalmente, en función de su éxito comercial (crecerá como el champiñón).