Teniendo en cuenta la horizontalidad del terreno y la densidad programática, se optó por generar en la cota +/-0.00 una serie de espacios públicos enlazados, entre plazas, halls, rampas y escaleras que distribuyen hacia los diferentes programas culturales y administrativos del edificio. De esta forma, el “espacio vacío” o “eje de equilibrio” separa la propuesta verticalmente en dos mundos interconectados. 

Entre el cielo y la tierra existe un espacio para el equilibrio: el equilibrio de culturas, el equilibrio de densidades, el equilibrio de programas, el equilibrio de materiales. En realidad, en la búsqueda de este equilibrio, surge el interés por conseguir el beneficio colectivo. Entonces, es que comprendemos el concepto de AYNI. Pues el desarrollo individual sólo cobra sentido y tiene una repercusión positiva en su entorno, cuando busca el beneficio de los demás. De esta manera, el proyecto (objeto individual) se emplaza cediendo un espacio público hacia la calle, como un signo de cultura colectiva/cultura para todos.