La pandemia nos ha enseñado que se puede trabajar desde muchos lugares en modo home office. Ahora ya no es imprescindible desplazarnos 2 horas para llegar a un escritorio y sentarnos frente a una computadora. Si bien es cierto que antes ya era posible, existía una gran inercia acompañada de cierto miedo al “descontrol” de los trabajadores. Afortunadamente, la pandemia nos ha ayudado a superar muchos miedos. Como resultado, numerosas empresas han demostrado que el home office puede ser una alternativa viable.
Home office desde un hotel
En primer lugar, tenemos la opción de trabajar en un hotel. Desde cadenas como el Marriot de un perfil ejecutivo, a hoteles Selina dirigidos a un público más joven back-packer, están ofertando paquetes especiales home-office mensuales para poder conciliar trabajo y vacaciones.
Marriott International
En Marriott International han incorporado sus estaciones “Workations”, que combinan tecnología y conectividad. Además, ofrecen servicios complementarios como paquetes de reuniones virtuales y ofertan una nueva tarifa llamada “de oficina de habitaciones” que dispone con área de trabajo privada, servicio de café y almuerzo.
Cortesía Marriott/Arquitectura verde
Selina
De igual forma, en Selina ofertan un servicio para nómadas digitales que están en continua búsqueda de nuevas experiencias y estímulos. Se dirigen a un público más joven, cuyo trabajo puede realizarse perfectamente a distancia. También disponen de zonas de coworking y incluyen en sus paquetes clases de yoga, meditación y ejercicio.
Cortesía Selina Costa Rica/Arquitectura verde
Home office desde una cabaña
En segundo lugar, con el resurgir y la revalorización de las zonas rurales, también están apareciendo otras tendencias inmobiliarias ligadas al trabajo en contacto con la naturaleza.
Como resultado del aumento de conectividad en zonas alejadas de las ciudades, ahora es posible trabajar en modo home office, con una aceptable conexión casi desde cualquier lugar del mundo. Es por ello, que ya empieza a existir una nueva generación de jóvenes emprendedores que prefieren un trabajo remoto a tener que fichar cada día al acceder a trabajar.
Desde Arquitectura Verde nos hemos querido unir a este movimiento global con algunos diseños. Puedes ver nuestro 360 de “cabrañas” para nómadas digitales en Asturias aquí.
Cortesía Cocovivo/Arquitectura verde
Seguramente, uno de los ejemplos más exóticos de alojamiento en cabañas es el de Cocovivo. Se trata de un hospedaje de cabañas en medio de la selva costera de Panamá, con su propio mini muelle embarcadero. De esta forma, puedes lanzarte directamente a nadar al mar desde tu habitación. Un lugar ideal para concentrarte y sin otras distracciones que estar rodeado de una exuberante naturaleza.
Coworkings y coliving
En tercer lugar, tenemos los coworkings y colivings, que son el complemento ideal de los nómadas digitales y del home office. En los últimos años, han surgido de diferentes tipos y modalidades, con una variedad de servicios cada vez más especializada. A continuación, te enseñamos algunos que nos han parecido muy interesantes.
En arquitectura verde diseñamos y construimos hace unos años este pequeño coworking pensado desde la experiencia del trabajo colaborativo. Para más información puedes entrar a ver el proyecto en Diseño Vanguardista.
Poligon
Por ejemplo en Eslovenia encontramos el coworking Poligon que tiene hasta un espacio común con impresoras 3D. Y es que este coworking está especializado en profesionales que valoran este tipo de infraestructuras, y que las necesitan dentro de sus procesos de diseño.
Además, muchos coworkings se están convirtiendo en redes de trabajo nómada, que funcionan igual que los hoteles que son operados bajo una misma marca. Lo interesante de estas propuestas, es que generan redes de emprendedores y favorecen el intercambio entre profesionales afines.
Cortesía Poligon/Arquitectura verde
The surf office
The Surf Office es un buen ejemplo de creación de red dentro de Europa y EEUU con más de 25 ubicaciones diferentes. De este modo, uno puede desplazarse de una ciudad a otra manteniendo la misma estructura organizativa y la misma filosofía de trabajo y de vida.
Es por ello, que los límites entre trabajo y vivienda se empiezan a desdibujar. Estos espacios también podríamos decir que en cierta medida son colivings. Pues conforman espacios colaborativos de habitar, dónde la propiedad ya no es un fin en si mismo, sino las experiencias y las relaciones significativas que podemos llegar a crear.
Cortesía The surf office/Arquitectura verde
Viviendas oficinas
En cuarto lugar, si no somos tan avezados y aventureros, siempre nos queda la opción de tener una vivienda oficina. Es decir, un lugar que fue diseñado tanto para vivir en familia como para trabajar. Cuando tenemos poco espacio, podemos utilizar la estrategia de los espacios polivalentes que se adaptan según los horarios.
Life edited
Algunos interesantes ejemplos los encontramos en la propuesta “life edited”. Mediante un cuidadoso diseño de interiores, se ha hecho del hogar mínimo una máquina que tiene su propio movimiento según las horas del día y las actividades a desarrollar.
Lighthouse / Knowhow Shop
Pero en definitiva, si tenemos espacio suficiente, siempre es más sencillo separar trabajo de vivienda. Algunas estrategias espaciales son los cambio de nivel, diferenciación de accesos, o cambios de de materialidad e incluso de orientación. Mientras no tengamos visitas de clientes o proveedores a la oficina, las interferencias son menores. Pero en el momento que nuestra oficina tiene que acoger a un público mayor, la privacidad de la vivienda debe protegerse. De lo contrario, podremos generar conflictos o problemas de seguridad. Hay muchas formas de crear estos espacios en una pequeña escala. Y es que a veces, la mejor oficina puede encontrarse en una caseta dentro de nuestro jardín.
Cortesía Lighthouse / Knowhow Shop/Arquitectura verde